Tres son los centros religiosos ortodoxos serbios que mantienen su actividad en Kosovo: el monasterio de Visoki Dečani, el Patriarcado de Peć y el monasterio de Gračanica. Los dos primeros se encuentran actualmente bajo la protección de la Kosovo Force, el contingente de la OTAN en Kosovo.
Durante la guerra de 1999 y los disturbios de 2004, centenares de iglesias y monasterios ortodoxos fueron destruidos por la mayoría albano-kosovar pues se les consideraba símbolos de la presencia serbia en Kosovo. Por ello, aquellos de mayor importancia fueron puestos bajo protección de la OTAN.
Con el objetivo de adentrarme en su realidad actual, solicité un permiso a la KFOR con la intención de documentar sus actividades en relación con estos enclaves. Afortunadamente, pude conseguirlo y se me ofreció la posibilidad de “empotrarme” en la Base de Camp Villaggio Italia, en las cercanías de la ciudad de Peć, donde se localizan las tropas encargadas de la custodia del monsterio de Visoki Dečani y del Patriarcado de Peć. Fue toda una suerte ya que, gracias a la colaboración del oficial de enlace, el capitán R. Costa, pudimos obtener también el permiso de los monjes para fotografiar las ceremonias de la Pascua ortodoxa que se celebraban en estos días.
La base de Camp Villaggio Italia se encuentra en las proximidades de la garganta de Rugova, en las inmediaciones de la ciudad de Peć.
Allí, 600 soldados de tres nacionalidades distintas (Italia, Austria y Eslovenia) se encargan de la vigilancia de esta zona oeste de Kosovo.
Es el contingente italiano el encargado de la custodia del monasterio. Para ello se disponen varios puestos de control en sus accesos, al cargo de un pelotón emplazado en el puesto “avanzado” de Camp Sparta. Allí acudí a fotografiar su quehacer diario y, de paso, compartir un soberbio café “made in Italy”…
La actuación de la KFOR no se centra sólo en los centros religiosos. El resto de las tropas realiza labores de patrulla por toda la zona. Tuve la oportunidad de acompañar a un pelotón austriaco en una patrulla ordinaria.
Junto con este contigente pude acercarme desde dentro a la realidad de estos pequeños enclaves. En el próximo mensaje, intentaré narrar un poco de las vivencias que hemos compartido con las comunidades monásticas serbias. Un mundo muy especial.