Hoy tenía concertada una entrevista con Adel Nasser, uno de las personas mayores del programa Ajyal que se desarrolla en el centro luterano.
Yo le propuse hacer un diario gráfico de un día cualquiera, y así lo hicimos. Adel está jubilado. Fue profesor de inglés en distintos lugares de Palestina hasta que lo jubilaron forzosamente. Después trabajó como agentes de seguros hasta que un tanque israelí voló literalmente su oficina con todos sus datos de clientes, ordenador. Ahí decidió retirarse definitivamente. Cobra una pensión de 1300 shekels (260 euros) mensuales y se dedica a participar en las distintas iniciativas del programa Ajyal y a dar tours para huéspedes del albergue del centro Dar Annadwa por hobby (no cobra por ninguna de ambas cosas).
Hoy, como otro día normal, acude al mercado para comprar alimentos para la comida.
Le acompaño haciéndole fotos a él y así aprovecho y fotografío el ambiente del zoco.
Después Adel me llevó a casa de un amigo de su infancia. Éste nos recibe con una bebida bien fría y los brazos abiertos. Él y su mujer son cristianos, de esa curiosa mezcla muy común por aquí: él es católico y ella ortodoxa.
Tras charlar un rato, fuimos a la casa de Adel donde nos esperaba su mujer Kharime preparando la comida.
Allí me enseño la multitud de fotos que tiene de sus hijos y nietos. Adel tiene cuatro hermanos, de los cuales sólo uno permanece en Palestina. El resto viven en Alemania, Estados Unidos y España. Sus dos hijos también viven fuera, en Estados Unidos.
A su mujer le ocurre otro tanto de lo mismo. Estás muy solos.
Adel, además es un manitas y no paró de enseñarme las cosas que hace con vidrio,cerámica, telas, etc.
Ambos me invitaron a comer una comida exquisita de la cual no recuerdo el nombre pero que estaba hecha a base de arroz, garbanzos, hojas de verdura y pollo.
Después de pasar un buen rato conversando, Adel me ofrece ir a visitar la casa que se está construyendo en Beit Jala (donde viven ahora es un alquiler). Me dice que no tienen apenas dinero y que ya llevan de obras de construcción 14 años!
La verdad es que la casa es una gran casa. Situada en el pueblo de Beit Jala y con unas magníficas vistas de Belén.
Adel me comenta que, cuando empezó a construir la casa, no había ninguna construcción en las inmediaciones. Ahora las nuevas calles avanzan inexorablemente hacia esta porción de espacio natural.
Después de dejarme en Belén todavía tuve tiempo de acudir al Catholic Action Center para buscar contactos para otros lugares. De camino hacia el hotel seguí fotografiando casas de cristianos. A algunas se las reconoce muy bien porque han colocado en sus tejados unas enormes cruces que se ven a lo lejos.